El 28 de Julio para los descendientes de galeses es una fecha muy importante. Muy representativa y movilizante.
En Patagonia se celebra a lo grande el desembarco, hay cenas, música, bailes y canciones tradicionales, es una oportunidad para reunirse y practicar el idioma.
En Gales tambien se celebra, cada año en un punto diferente del país, esta vez la cita fue en Aberteifi.
Allí se reunieron un grupo de galeses, sumados a algunos patagónicos. La tarde pasó entre charla, risas y canto.
La excusa, un almuerzo, pero el fin de todo esto era compartir un grato momento, rememorando la hazaña de aquellos pioneros que sin pensarlo dejaron atrás el viejo país para adentrarse en el inquieto mar que los llevaría tras una larga travesía a las costas de nuestra querida Chubut.
A los galeses aquí les encanta escuchar su idioma con acento patagónico, con ese jirón de nostalgia por los que se fueron a levantar la "nueva Gales" en aquel rincón del mundo, pero sin embargo al estar aquí entre galeses uno se siente como en casa. Hay una canción que en galés dice Does unman yn debyg i adre ( No hay lugar como el hogar) pues yo pienso que si, pero que sin embargo el hogar nuestro, es aquel lugar donde uno se siente cuidado y querido, para todos los descendientes de galeses, las tierras de nuestros abuelos es nuestro hogar tambien.
El 28 de Julio desde el otro lado del mundo, tiene mezcla de sentimientos y nos encuentra hoy rememorando aquella gran hazaña y dando gracias por volver a pisar estas tierras que alguna vez vieron partir desolados a aquellos inmigrantes que buscaban un lugar mejor, y que sin duda lo encontraron y dejaron un gran legado en todos nosotros, algo que traspasó fronteras generacionales y que aún perdura, ese <no sé qué> que hace que queramos volver a pisar estos suelos, a respirar este aire, a ver estos rostros, que son tan familiares, y hacen que aún a pesar de estar a más de 14mil kilómetros uno se sienta como en casa.
152 años han pasado, y todavía estamos aquí.
El idioma perdura, las costumbres, el canto resuena en cada rincón de esos viejos ladrillos que unidos con la fuerza del trabajo construyeron tantas Capillas con manos frias y curtidas en el crudo invierno patagónico, el legado de nuestros ancestros esta latente y mas presente que nunca, la sangre empujada por la fuerza del dragón hace que poco a poco nos vayamos encontrando y reconociendo en el camino, pues somos muchos en ambas partes del mundo que alzamos con orgullo la bandera de libertad que nuestros abuelos supierom conseguir.
Gwyl y glaniad hapus i bawb! - Feliz Desembarco!